Durante el día, la piel se ve expuesta a agresiones ambientales como el sol, el frío, la polución ambiental y el uso de cosméticos que tapan los poros impidiendo la oxigenación celular. Los productos para el cuidado facial, deben cumplir la función de proteger tu rostro contra estos factores externos. Las cremas de día son de liviana textura, se absorben fácilmente por la piel, suelen emplearse emulsiones o leches, contienen ingredientes que humectan y protegen la piel de los rayos UVA y UVB.
Las cremas diurnas se aplican luego del aseo facial matinal y previo al maquillaje o sin él.
En cambio, por la a noche durante el sueño, el cuerpo está relajado, la piel realiza un proceso celular, está más receptiva y permeable. Las cremas de noche contienen una alta concentración de activos nutritivos, anti-edad que estimulan la renovación celular y la elasticidad de la piel, reduciendo la apariencia de las arrugas y las líneas de expresión. Su contextura es más espesa, sus propiendas complementan e intensifican las cremas diurnas.
Una de las diferencias entre la crema de noche y cremas de día son que las primeras, de acuerdo a los principios activos que contengan, no son aptas durante la jornada diurna, porque son incompatibles con el sol. Por ejemplo las cremas para el tratamiento de blanqueado de marchas, si la piel es expuesta a la luz solar genera el efecto contrario.
La crema de noche debe aplicarse siempre después de quitar el maquillaje. Es recomendable usar un gel limpiador para lavar el rostro, luego tonificar con un tónico apropiado para cada tipo de piel con el fin de cerrar los poros y evitar así que se formen puntos negros. Finalmente aplicar la crema, evitando el contacto con el área de los ojos, realizando masajes circulares ascendente, para estimular la piel.
Las cremas faciales de día y las cremas de noche están diseñadas para cumplir funciones específicas y abordar las necesidades de la piel en diferentes momentos del día:
Cremas faciales de día:
- Protección contra los elementos: Las cremas de día están formuladas para proteger la piel de las agresiones ambientales, como los rayos UV del sol, la contaminación y otros factores externos.
- Hidratación y nutrición: Suelen contener ingredientes hidratantes y nutritivos que ayudan a mantener la piel suave, flexible y bien hidratada a lo largo del día.
- Textura ligera: Tienen una textura ligera que se absorbe fácilmente en la piel y proporciona una base ideal para el maquillaje.
- Protección solar: Muchas cremas de día incluyen filtros solares para proteger la piel contra los daños causados por la exposición al sol.
Cremas de noche:
- Regeneración y reparación: Están diseñadas para ayudar a la piel en su proceso natural de regeneración y reparación durante la noche, cuando el cuerpo está en reposo.
- Ingredientes más concentrados: Suelen contener una concentración más alta de ingredientes activos, como retinol, ácido hialurónico y péptidos, que ayudan a estimular la producción de colágeno, reducir las arrugas y mejorar la firmeza de la piel.
- Textura más rica: Tienen una textura más rica y nutritiva que proporciona una hidratación intensa y ayuda a restaurar la barrera cutánea.
- No contienen protección solar: A diferencia de las cremas de día, las cremas de noche no suelen contener filtros solares, ya que están destinadas a usarse mientras dormimos y no están expuestas a la luz solar directa.
Las cremas faciales de día están diseñadas para proteger y mantener la piel hidratada durante el día, mientras que las cremas de noche están formuladas para ayudar en el proceso de regeneración y reparación de la piel durante la noche. Ambas son importantes en una rutina de cuidado facial completa y complementaria.
